¿Encender y apagar la calefacción ahorra energía? El dilema entre mantener la calefacción encendida de forma continua o encenderla y apagarla según sea necesario es una cuestión que genera numerosas discusiones en el ámbito de la eficiencia energética. Aunque no existe una respuesta única que se aplique a todas las situaciones, es posible ofrecer algunas pautas generales para ayudarte a tomar la mejor decisión para tu caso específico.

Encender y apagar vs. dejarla encendida: ¿Cuál es la mejor opción?

  • Encender y apagar: Esta estrategia, conocida como «termostato setback» o reducción de temperatura, implica encender la calefacción solo cuando sea necesario. Por ejemplo, puedes programar el termostato para que la temperatura disminuya durante las horas en las que estás fuera de casa o durante la noche cuando estás dormido. Esta práctica puede ayudar a reducir el consumo de energía al evitar calentar la vivienda cuando no es necesario.
  • Dejarla encendida: Mantener la calefacción encendida de forma continua puede parecer más conveniente, ya que mantiene una temperatura constante en la vivienda. Sin embargo, esto también significa un consumo continuo de energía, lo que puede resultar costoso a largo plazo. Además, en muchos casos, mantener una temperatura constante puede no ser necesario, especialmente cuando la vivienda está desocupada o cuando las personas están durmiendo.

Consejos para ajustar la temperatura en función de la estancia:

  1. Programa un termostato inteligente: Instalar un termostato inteligente te permite programar la temperatura de la vivienda según tus horarios y preferencias. Puedes configurar el termostato para que ajuste la temperatura automáticamente según la hora del día, reduciéndola cuando estés fuera de casa o durante la noche, y aumentándola cuando estés en casa y necesites más calor.
  2. Zonificar la calefacción: Si tu sistema de calefacción lo permite, zonificar la vivienda puede ser una excelente manera de optimizar el consumo de energía. Con este enfoque, puedes instalar válvulas termostáticas en cada radiador para controlar la temperatura de forma individual en cada habitación. De esta manera, puedes ajustar la temperatura según el uso de cada estancia y evitar calentar habitaciones innecesariamente.
  3. Aprovecha la luz solar: Durante el día, aprovecha al máximo la luz solar abriendo las cortinas y persianas. La luz solar puede calentar naturalmente los espacios interiores, lo que puede reducir la necesidad de encender la calefacción durante las horas diurnas.

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